#historia La monarquía es una de las formas de gobierno más antiguas. Sus antecedentes fueron las jefaturas o cacicazgos, originadas luego de que la humanidad adoptara la vida sedentaria en el neolítico, gracias a la invención de la agricultura. Se trataba de un tipo de organización sociopolítica, de carácter proto estatal, en el que la autoridad y el poder estaban centralizados en una persona o un grupo de personas.

Las monarquías surgieron con las primeras civilizaciones, alrededor del año 3.000 a. C., en la Mesopotamia, Egipto y el Valle del Indo. Consistían en gobiernos religiosos, en los que el monarca era, al mismo tiempo, dios, sacerdote y caudillo militar.

Entre los judíos, la instauración de la monarquía se produjo en el siglo XI a. C. El fuerte monoteísmo de este pueblo impidió la deificación del monarca, como ocurrió en otros lugares.

En Grecia, la monarquía, presente en la cultura micénica, fue sustituida a partir del siglo VIII a. C. por formas de gobierno aristocráticas y democráticas, para ser nuevamente implantada bajo el Imperio de Filipo de Macedonia y su hijo Alejandro, en el siglo IV a. C.

Así comienza una monarquía