#historia Tal vez los primeros vestigios del vestido de novias se encuentran en Babilonia, Sumer y Asiria, en donde se llevaba a las jóvenes para ser vendidas en una especie de mercados de esposas. Las mujeres eran escogidas por sus futuros maridos de acuerdo con su belleza. Resulta casi imposible concebir que no fueran vestidas de manera especial para resaltar sus atributos y, así, incrementar su valor.

Pero los primeros en emplear un verdadero traje ceremonial especial para celebrar la unión matrimonial de parejas parecen haber sido los chinos. Hace unos tres mil años atrás, la Dinastía Zhou impuso la obligación de usar ciertos colores en las celebraciones matrimoniales: novia y novio debían usar batas negras con metidos rojos sobre una prenda interior blanca, siempre visible. Esta imposición continuó bajo la Dinastía Han (que asumió al poder cerca del año 200 a.C.) que, además, introdujo el uso de distintos colores para las diferentes estaciones: verde en la primavera, rojo en el verano, amarillo en el otoño y negro en el invierno. Y aun hoy, las novias chinas usan, como una especie de talismán, el famoso «traje fénix» de color escarlata en el día de su boda.
No fue sino hasta 1840, cuando la Reina Victoria se casó con el Príncipe Alberto de Saxe-Coburg-Gotha, que el blanco se convirtió en la regla.

Historia de vestido de novia