La música actúa sobre el sistema nervioso autónomo, la parte del sistema nervioso responsable de controlar la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la función cerebral. Pero también en el sistema límbico, la parte del cerebro que controla los sentimientos y las emociones.

Dolor de espalda crónico

Según un único estudio, ambos sistemas responden con sensibilidad a la música. Cuando se tocan ritmos lentos, la presión arterial y la frecuencia cardíaca se ralentizan, lo que nos hace respirar más despacio, lo que reduce el tono muscular en el cuello, los hombros, el estómago y la espalda. Y los expertos dicen que además de la tensión física, la música también reduce la tensión psicológica en nuestra mente. En otras palabras, cuando sentimos dolor, nos asustamos, nos frustramos y nos enojamos, lo que nos hace tensar cientos de músculos de la espalda. Escuchar música regularmente ayuda a que nuestro cuerpo se relaje física y mentalmente, aliviando y evitando el dolor de espalda.  

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