¿Cómo lidiar con mi gato hiperactivo?
Si tu gato no para quieto ni un instante, muerde, araña, destroza las cortinas con sus garras, tira objetos, o hace jirones los cojines, es que tiene un problema de hiperactividad. Pero tranquilo, porque este exceso de energía de tu mascota se puede corregir siguiendo unas pautas sencillas. Los gatitos que son separados muy pronto de su madre (antes de las 12 semanas) están más predispuestos a ser hiperactivos si no reciben una atención adecuada a nivel afectivo y emocional. En cualquier caso, cuando tenemos un gato pequeño hay que mantenerle ocupado, darle mucho cariño y jugar con él para establecer ese vínculo emocional que ha perdido con su madre al ser separado tan pronto de ella. La hiperactividad también depende de la raza del minino. Así, el siamés o el oriental suelen ser más movidos que el resto, sin que esto resulte ser necesariamente una patología. Por eso es clave ser pacientes y darles muchos mimos.
Consejos para calmar a un gato hiperactivo
- Insistimos en la necesidad de darle cariño. Póntelo encima de las rodillas, acaríciale y darle masajes para que se sienta relajado y querido.
- Durante el día tenle ocupado. Siempre que sea posible juega con él para que esté cansado y duerma por las noches. Es recomendable hacerlo a última de la tarde.
- Las caricias son fundamentales para calmar a un gato hiperactivo. Si aun así no para de maullar por las noches (recuerda que el gato es un animal nocturno que exterioriza su energía cuando llega la noche), un truco es poner música suave muy bajita para que se sienta acompañado.
- Los destrozos que puede causar un gato hiperactivo cuando estamos fuera de casa se pueden evitar habilitando un espacio exclusivamente para él (siempre que sea posible), con comida, agua y juguetes para que se entretenga. Es otra forma de calmar la hiperactividad.
- Por otro lado, cabe recordar también que los parásitos, como las lombrices, son causa de hiperactividad. Conviene por tanto consultar al veterinario para que certifique que está limpio de parásitos y si está afectado, que nos recete el tratamiento correspondiente.
- Finalmente, señalar que el celo en las hembras también es causa de comportamientos nerviosos. En este caso, consulta con tu veterinario para que te aconseje sobre cuál es el mejor tratamiento.
Consejos para llevarse bien con su gato
- No utilices tus manos o pies para jugar con él. Si quieres conservarlos, usa juguetes para gatos.
- No le tires contra el juguete, tira el juguete en una trayectoria que se aleja del gato para que él pueda cazarlo.
- No le eduques a golpes o gritos. Conseguirás que el gato te coja miedo o se defienda. Busca otras maneras.
- No le persigas, no le grites y no lo mires fijamente si quieres que venga. Dale tiempo y espacio. Los gatos suelen acercarse a la persona más tranquila.
- No le arrincones ni lo bloquees para acariciarlo, se asustará. Cuando el venga, dale una buena sesión de mimos.
- No aproveches cuando duerme para molestarle sobre todo si cuando está despierto no le gusta que le toques: para un gato el descanso es sagrado.
- No le molestes cuando hace sus necesidades, puede que lo traumes y deje de usar la bandeja con tal de estar tranquilo.
- No le tires de la cola. Con ella se comunican, guardan el equilibrio y es súper delicada.
- No le rasques la barriga, las patas o la cola, mejor ve directo a la zona delante y detrás de las orejas y debajo del mentón. Le encantará.
- No lo levantes por la piel del cuello sobre todo si es adulto. No les suele gustar nada.
- No lo cojas en brazos sin haberte asegurado antes de que le gusta que lo levanten. Muchos gatos prefieren tener las cuatro patas en el suelo.
- No lo intentes tranquilizar si de repente aplana las orejas, empieza a bufar o gruñir, mientras da latigazos con la cola. Será mejor que le dejes tranquilo. Yo no me atrevería con un gato alterado.





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