BDSM, acrónimo de «servidumbre, disciplina/dominancia, sumisión y sadomasoquismo» a menudo es malinterpretado por el público en general. Uno de los conceptos erróneos más comunes es que el BDSM es peligroso, imprudente e incluso ofensivo. Sin embargo, si el BDSM se aplica correctamente, es muy diferente del abuso por parte de parejas íntimas. 

El consentimiento es la piedra angular de todas las actividades de BDSM y es uno de los factores más importantes que lo distinguen del abuso. En pocas palabras, no abuses de él.

Qué es BDSM

Durante décadas, los profesionales de BDSM han afirmado que kinky es seguro y satisfactorio y puede tener un impacto positivo en los deseos sexuales y el bienestar de ambas parejas. En los últimos años, la ciencia ha confirmado estas afirmaciones. Estudios recientes han revelado los numerosos beneficios para la salud del BDSM. Los investigadores han descubierto que las personas que participan en actividades de BDSM tienen mejor salud mental, más satisfacción en sus relaciones y menos estrés que sus contrapartes sexuales con vainilla. 

Aquellos que no estaban familiarizados con BDSM se sorprendieron por un nuevo estudio, que demostró que los involucrados en BDSM son más consensuados cuando se trata de actos sexuales y tienen menos probabilidades de adaptarse a los comportamientos asociados con la cultura de la violación. Los profesionales del BDSM mostraron niveles significativamente más bajos de sexismo benévolo, aceptación de mitos de violación y culpabilidad de las víctimas. En otras palabras, respetan los límites de su pareja y superan con menos rapidez los límites de la seguridad personal.

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