Este era en un pequeño pueblo al norte de Akerelia, Crosti. había una antigua tienda de antigüedades que la hacía muy atractiva para curiosos y coleccionistas de algunas partes de la ciudad. Entre sus tesoros, había un reloj cubierto de polvo, que se decía tenía el poder de viajar en el tiempo. Sin embargo, nadie se atrevía a acercarse, pues se rumoraba que aquellos que lo hacían, nunca volvían o que se perdían en el tiempo.
Una tarde, Maeve, una joven periodista, decidió investigar acerca de ello. Con su grabadora en mano, entró en la tienda y se acercó al reloj. Al verlo, sintió un escalofrío recorrer por todo su cuerpo. De repente, las manecillas del reloj comenzaron a dar vueltas repentinamente y empezó a notar que estaba en un lugar que se notaba mas moderno que donde había estado antes, salió corriendo por las calles y todo a su alrededor parecía sin ningún rastro de alguna otra persona.
Después de horas de búsqueda sin obtener ningún resultado, rodeada de calles y edificios vacíos. Sin pensarlo, decidió volver a la tienda para ver el reloj. Giró las manecillas nuevamente y volvió a la época donde estaba antes.
Maeve, estaba aterrada por la escalofriante imagen que vio en aquel futuro desolado y post apocalíptico. Pero lo que ella no sabía, es que faltaba muy poco para vivir en ese futuro tétrico, lúgubre y sin población alguna.

