#journalism

Artículo periodístico.
Tema: Emigración de venezolanos.
Autora: Darimel Urdaneta (MeredithSkywalker)

La otra cara de emigrar a Estados Unidos

Existen muchos motivos por los cuales un venezolano decide emigrar pero, todos llegan a la conclusión de que en Venezuela no hay futuro ni calidad de vida, es por ello que muchos deciden partir a distintas partes de Latinoamérica, pero éstos últimos meses ha habido un boom de emigrar hacia la tierra de las oportunidades como lo es Los Estados Unidos de América.
Conoce la historia de Irma, una señora de 80 años que con ayuda de otro venezolano logró cruzar el río de grande desde México hasta Estados Unidos.


Irma es oriunda de Maracaibo Venezuela, y a sus 80 años de edad logró cruzar la frontera con Estados Unidos. Irma se había desmayado al intentar cruzar el río y otro venezolano la ayudó a cruzar y llegó sana y salva a tierra firme.

La crisis humanitaria que está atravesando Venezuela a obligado a los venezolanos a salir huyendo de la necesidad que hoy en día se vive en Venezuela. Algunos estados del país sufre fluctuaciones eléctricas, como la perdida total de la electricidad por horas o inclusive días. No hay medicinas, la atención médica es precaria. Sin transporte público, sin alimentos en los anaqueles y en dónde un venezolano pueda conseguir el alimento es a precios altísimos, ya que el sueldo mínimo es de 3$ al mes, y para una familia de 4 integrantes se necesitan 350$ para la cesta básica de alimentos por un mes. Y además de todo ello está la inseguridad, hay guerrillas, bandas delictivas y lo más temido la propia policía es quién daña a los venezolanos, muchos venezolanos han sido perseguidos políticos y es por esa razón que huyen de Venezuela.

En la OEA, David Smolansky advirtió que según estimaciones la cifra de venezolanos en el exterior llegará a los 7 millones y recordó que el venezolano sale del país debido a la crisis y el mundo “debe acogernos”.

De acuerdo a France 24, ciudadanos venezolanos pagan hasta 12 mil dólares a coyotes para cruzar de México a EEUU de manera ilegal. No obstante resaltan que la llegada de inmigrantes indocumentados a suelo estadounidense ha roto récords, y es que según la Oficina de Aduanas y Protección fronteriza (CBP), en el mes de abril habían registrado las mayores cifras de los 20 últimos años: más de 178.000 personas llegaron de manera irregular, en muchos casos poniendo su vida en riesgo.

Así como hay historias con finales felices como lo fue el de la señora Irma, hay historias desgarradoras, como lo es el caso de Ana N (su nombre está protegido) una venezolana qué cruzó junto a sus dos hijos y su esposo, ellos le habían pagado a un coyote para cruzarlos por el río y la corriente estaba alta para esa fecha. En vista de que el hijo menor de Ana estaba llorando, un coyote agobiado por el llanto decidió lanzar al bebé al río, las personas que presenciaron ese acto tan atroz no pudieron hacer nada, ya que un coyote forma parte de cárteles mexicanos, sin embargo el padre de la criatura se lanzó al río para intentar salvar a su hijo pero su esfuerzo fue en vano ya que el bebé había fallecido.

La cuestión de emigrar no sólo es cruzar el río, ya que cuando cruzas pasas a celdas dentro de el refugio de Estados Unidos, allá puedes pasar días sin poder comunicarte con tus familiares, cómo también no te puedes bañar hasta que pase una semana. Eso nos relató Juan N (su nombre está protegido), él nos relató su travesía de Maracaibo hasta Estados Unidos.

“Una mañana me fueron a buscar en Monterrey, el chófer que me iba a llevar hasta Ciudad Acuña, pasó con una caravana como de 10 autos. De Monterrey hasta Ciudad Acuña fueron como de 6 horas. Entre los choferes se iban comunicando con respecto a las alcabalas, y hay policías que se comportaba odiosos y los choferes les iban pagando.
De manera obligatoria todos teníamos que tener un papel donde nos sellaron en migración con el permiso de estar en México por 180 días.
Llegamos a ciudad Acuña aproximadamente a las 6 de la tarde, nos dejaron en una casa que tenía un patio grande, y ahí entre todos se pusieron de acuerdo para pedir la comida mientras estábamos esperando ahí. El que fue a comprar la comida llegó como a las 10 de la noche con pizza y otros alimentos ahí, así que cada quien comió y esperamos instrucciones.
A las 2 de la madrugada nos fueron despertando a todos porque era momento de cruzar hacia Estados Unidos. Todo parecía una película, nos fuimos trotando y llegamos a un monte, tuvimos que cruzar 3 cercas con púas, y fue un verguero con los niños, las personas de mayor edad, bregando con los alambres esos para poder cruzar, pero entre todos nos fuimos ayudando. Luego nos acercamos al río y ese río me llegaba por el pecho, yo mido 1.78. la corriente estaba apretada, pero todos logramos cruzar. Luego al cruzar teníamos que subir una empinada y había barro y la gente se estaba resbalando pero igual la cruzamos.
Después de cruzar nos tuvimos que cambiar la ropa por ropa seca, ya que si estaba mojada no te dejaban pasar. Luego llegó la patrulla y nos dieron los buenos días y después nos preguntaron por qué pasamos tan temprano, y nos recomendaron que lo mejor era pasar después de las 6 de la mañana que es cuando el río está bajo, pero de igual manera nos dieron la bienvenida a los Estados Unidos.
Éramos 49 personas, y llamó a más patrullas porque en una sola no entrabamos todos.
Luego nos llevaron a la cede del río y nos revisaron todo, y si llegabas algo mojado te lo botaban. En la revisión cuentan cuánto dinero llegas en efectivo, lo guardan en un sobre junto con tu pasaporte y tu teléfono.
A partir de ahí esperas a que te procesen, te toman fotos y tus huellas. Y debes esperas, mucha gente la trasladaron a otros lugares y ni idea a dónde los estaban llevando. Y a los que procesan ahí les abren un archivo y deben esperar a que haya un traslado y te mencionen que estás en la lista para el traslado.
Yo en esa estadía estuve 8 días, hay personas que sólo tuvieron 3 días ahí como también habían personas que tenían un mes. Lo más difícil es la espera, porque duermes en el piso, en un foami que está en el suelo, tu almohada eran tus zapatos, en el desayuno te comías un burrito, en el almuerzo arroz con frijoles, carne y en la cena comes otro burrito. No tienes reloj, debes preguntarle la hora a los oficiales, los hombres estaban al aire libre junto con 100 compañeros o hasta más, y las mujeres si estaban adentro pero eran menos en grupo, eran como 20 o 30 mujeres.
Las mujeres están igual, ellas tampoco ven la luz del día, sólo que ellas duraban menos tiempo en el refugio. Ellas sólo tenían de frente a los oficiales que estaban sentados en sus oficinas trabajando. En mi experiencia sólo me pude bañar dos veces. Me dijeron jabón, champú, crema dental, desodorante, medias nuevas y ropa interior nueva en los dos baños que tuve.
Estar ahí es bastante difícil por la incertidumbre pero vale la pena, ya que el estilo de vida que se vive en Estados Unidos no lo consigues en otro país, además de la seguridad.”

Esa fue la experiencia de uno de los entrevistados y por lo que puedes ver es cruda, pero es la realidad que muchos venezolanos y otros inmigrantes de otras nacionalidades llegan a vivir estando en el trayecto de viaje y en el refugio.

No obstante, los venezolanos que llegan a EEUU de manera ilegal buscando asilo, además de arriesgar su vida, están expuestos a ser deportados nuevamente a Venezuela, por la condición en la que llegan, mientras otros deben contratar abogados mientras esperan en centros de detención.

Fuentes:

Noticierodigital.com
Elpitazo.com
Laprensadelara.com


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El otro lado de emigrar a Estados Unidos


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