La loca Luz Caraballo
#historias En mi país existen muchas leyendas e historias, algunas han sido ciertas, otras las personas del lugar le han anexado parte de verdad, pero también de fantasía. Una historia que me llamo la atención, fue la que me contaba mi madre, cuando viajo al estado Mérida, a una población muy linda llamada Timotes, donde existe un monumento dedicado a la loca Luz Caraballo y es una estatua ubicada en una plaza dentro del “Parque loca Luz Caraballo”, en Apartaderos, a 3473 msnm y la cual es patrimonio edificado del estado Mérida.

Es una obra de 1967 del artista plástico español Manuel de La Fuente, quien se radicó en la ciudad de Mérida desde 1959 hasta su muerte. Mi madre contaba que ella visitó el monumento, recordando un poema que un exitoso poema de Venezuela, le había dedicado a esta dama.
Según Luz cuentan Caraballo es un nombre de leyenda al no existir documentos ni memorias sobre alguien llamada como tal en la región. El nombre fue dado por Andrés Eloy Blanco a una mujer considerada como “loca” en las zonas aledañas a Timotes. Se dice según la leyenda que si existió una mujer durante la época independentista del país, siendo así uno de los argumentos de su “locura” el hecho de que dos de sus hijos se encontraron tras el ejército de Bolívar, lo que se asocia por demás con el verso del palabreo que refiere que dos de sus hijos se fueron tras un hombre a caballo. Y según la historia, ella dijo la ruta contraria a los españoles para que no siguieran a Bolívar en su cruce por los Andes. Es decir dos hijos se le fueron a pelear en la guerra de independencia, con Bolívar
Alvio Alfonso Briceño escribió un libro donde afirma ser nieto de la Loca Luz Caraballo. En él recopila los datos reales sobre el personaje, destacando que: Su nombre real es María Blasa Rivas. Nació en 1885 en el pueblo de Jajó, estado Trujillo tuvo dos hijos, un varón y una hembra. Por lo tanto, los cinco hijos que relata el poema de Andrés Eloy Blanco son ficticios no se conoce el motivo de su locura, que se limitaba a simples desvaríos, no como las leyendas se retratan. En 1927, a los 42 años, salió por última vez de su casa para nunca más regresar.
Como ven esta historia, tiene algo de realidad y algo de fantasía, colocado por los escritos de Andrés Eloy Blanco, y un fragmento del poema dice así: