#lichen Cuando hablamos de líquenes, muchas personas tienden a pensar en musgos, es uno de los errores más comunes. Y no es así, hace mucho que esta acepción fue corregida porque es incorrecta.
Los líquenes no son musgos ni son plantas. ¿Qué son exactamente? ¿Existen diversos tipos?
Aunque inicialmente, se llamaba líquenes a las distintas plantas que crecían en la corteza de algunos árboles, después se utilizó la palabra como una alternativa de igual significado al musgo, hoy en día,  su estudio está mucho más desarrollado y su significado es diferente. De hecho, se llama liquen a la fusión simbiótica de un hongo con un organismo capaz de realizar la fotosíntesis, ya sea una cianobacteria o un alga. Debido a esta naturaleza tan peculiar, que otorga a la unión de los dos organismos características de las que no disponen por separado, se les llama también habitualmente hongos liquenizados. Sus dos componentes son llamados micobionte o mico simbionte (siendo esta la parte fúngica) y fotobionte  (la parte capaz de realizar la fotosíntesis

Se distinguen 7 tipos de líquenes si nos fijamos en su forma de adherirse al sustrato y su morfología.

Foliáceos: son los que se desarrollan sobre la superficie del sustrato, extendiéndose por ella y fijándose gracias a sus ricinas o en un solo punto. Algunos ejemplos son Xanthoria, Physcia o Umbillicaria.
Fruticulosos: estos líquenes tienden a adoptar la forma de arbustos de reducido tamaño, y se fijan al sustrato en un punto o superficie de unión reducida. Son líquenes fruticulosos Usnea, Alectoria y Ramalina.
Escamosos: su borde no está pegado al sustrato, y adoptan la forma de un tapiz de escamas muy próximas las unas a las otras. Un ejemplo de esto es el Psora.
Filamentosos: algunos de estos se parecen mucho a los fruticulosos. Forman una red de hilos o filamentos, de grosor muy fino y habitualmente enmarañados. El Cystocoleus es uno de ellos.
Gelatinosos: cuando cuentan con la suficiente humedad, su textura se vuelve carnosa y flexible, blanda. Además, en este estado de abundancia de agua pueden hacerse traslúcidos.
Crustáceos: son los más numerosos de los líquenes conocidos. Como su nombre indica, se adhieren con gran fuerza al sustrato en que se desarrollan, que es habitualmente en las rocas, aunque a veces también lo hacen en madera muerta, hojas o troncos, así como en tierra o humus.
Compuestos: cuentan con dos talos, uno principal que casi siempre es escamoso o crustáceo y otro secundario, que es fruticuloso. 


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