Obras de arte del museo de Louvre (Parte II)
Obras de arte del museo de Louvre
1. El Jardín de las Delicias, de El Bosco2. La Coronación de Napoleón, de Jacques-Louis David
3. La Torre Eiffel, de Gustave Eiffel
4. La Victoria de Samotracia, de Fidias
5. La Batalla de San Romano, de Paolo Uccello
El Jardín de las Delicias, de El Bosco

El Jardín de las Delicias, también conocido como El Bosco, es un tríptico pintado al óleo sobre tabla de tres hojas por el artista flamenco Hieronymus Bosch entre 1490 y 1510. La obra se encuentra en el Museo del Prado, en Madrid, España.
El Jardín de las Delicias es considerada una de las obras maestras de Bosch y una de las más importantes obras de arte de la Edad Media. Está dividida en tres paneles, cada uno con un tema diferente. El panel central representa un jardín paradisíaco, alegórico de la vida terrenal, rodeado de ángeles y demonios. En el panel izquierdo se muestra el Infierno, lleno de horribles figuras grotescas, que representan los pecados capitales. Por último, el panel derecho muestra el Purgatorio, con figuras en movimiento que se mueven hacia el Paraíso.
El Jardín de las Delicias es una obra llena de simbolismo y alegorías. Bosch fue uno de los primeros artistas en representar el concepto de la dualidad del bien y el mal, de la luz y la oscuridad. El tríptico ilustra de manera poética y a veces inquietante la lucha eterna entre el bien y el mal, la cual según la creencia cristiana, se resolvería en el Día del Juicio Final.
La Coronación de Napoleón, de Jacques-Louis David

La Coronación de Napoleón es una pintura del famoso pintor neoclásico francés Jacques-Louis David, que fue encargada por el mismo Napoleón Bonaparte. La obra fue pintada entre 1805 y 1807, y se muestra el momento en el que Napoleón se coronó a sí mismo como emperador de Francia en la ceremonia realizada en Notre Dame el 2 de diciembre de 1804. La pintura muestra a Napoleón en el trono de la catedral, rodeado de sus familiares, el Papa Pío VII, y una multitud de personas que le aclaman.
La pintura es un gran ejemplo de la obra neoclásica de David, en la que se destacan los colores brillantes y la iluminación dramática. David había servido como discípulo de su maestro neoclásico, Jean-Baptiste Regnault, y usó su técnica para crear una obra de gran impacto visual. La pintura se ha convertido en un icono de la época napoleónica, y es una de las obras más reconocidas de David.
La Torre Eiffel, de Gustave Eiffel

La Torre Eiffel fue diseñada por el ingeniero civil francés Gustave Eiffel, y fue construida entre 1887 y 1889 para la Exposición Universal de París del 1889. Ubicada en el Champ de Mars, en la orilla izquierda del Sena, se ha convertido en uno de los principales símbolos de París y de Francia. La torre fue construida con hierro forjado, un material resistente y ligero, lo que permitió a Eiffel construir una estructura de 300 metros de altura. La Torre Eiffel se ha convertido en una de las atracciones turísticas más visitadas del mundo, con más de 6,8 millones de visitantes en el año 2019.
La Victoria de Samotracia, de Fidias

La Victoria de Samotracia es una estatua griega de mármol blanco clásico, obra del escultor Fidias, fechada entre el año 190-180 A.C. Se encuentra actualmente en el Museo del Louvre de París. Representa a la diosa griega Atenea Nike, de pie, con su brazo derecho levantado, como si estuviera haciendo un saludo militar. Está vestida con un himation, una túnica de lino, y lleva una corona ateniense en la cabeza. Originalmente, la estatua estaba situada en el templo de Atenea Nike en la Acrópolis de Atenas.
La estatua de Victoria de Samotracia es una representación perfecta de la idealización de la escultura griega. Está hecha con una perfección anatómica y detalles mínimos que la hacen única. La postura de la diosa, con los brazos extendidos y el cuerpo ligeramente inclinado hacia adelante, le da una sensación de movimiento, como si estuviera a punto de despegar. La estatua, además, está hecha con una gran sensibilidad artística, que le confiere una belleza y una elegancia excepcionales.
La Batalla de San Romano, de Paolo Uccello
