#gardening   Para los monjes taoístas, el bonsái era un símbolo de eternidad y significaba un puente entre lo divino y lo humano
Seguramente ya los conocerás y puede que incluso tengas o hayas tenido uno en casa: los bonsáis son árboles de pequeño tamaño que, siempre que reciban los mejores cuidados, pueden llegar a vivir más de 150 años. Es por eso que, a menudo, son seres vivos que acaban pasando de generación en generación dentro de una misma familia.

La cultura y el conocimiento del bonsái es muy extensa ya que, además de la gran cantidad de variedades de árboles en miniatura que existen, también hay que tener conocimiento de muchísimas otras variables que influyen en su cuidado como las posibles plagas que pueden atacarlos, las herramientas necesarias para su cultivo, cuándo podarlo, qué abono utilizar o cuándo es el mejor momento para regarlo.

Y, precisamente por todo ello, su cultivo y cuidado resulta tan gratificante y, para muchos, representa una actividad espiritual o un método para practicar la atención plena o el mindfulness y disfrutar de todos los beneficios de estas prácticas contemplativas. Ver cómo crece y cómo luce su espectacular belleza supone un gran logro para su cuidador.

De la misma forma que hacían los monjes taoístas hace dos milenios, cultivar un bonsái sigue siendo una gran forma de conexión directa con la naturaleza y nos puede enseñar muchas cosas, más allá de la paciencia. la dedicación y el amor hacia los pequeños detalles.

A pesar de que, con el tiempo, se perdió el antiguo símbolo de eternidad, el hecho de podar, regar y cortar el árbol de manera regular hace que la mente se relaje y se transporte a otro lugar, lo que puede ayudar a mitigar el estrés, la fatiga, la depresión o la ansiedad.

Si crees que tener cuidado de un bonsái es misión imposible, no lo olvides: los únicos ingredientes indispensables para cultivar un árbol en miniatura son la dedicación y una gran dosis de paciencia. El resto, vendrá solo.

¿Por qué cultivar un Bonsái?