#historia El estudio de los orígenes y el desarrollo humanos, la Paleontología humana, cristalizaba en la década de 1860 con las aportaciones de diferentes ramas de la ciencia natural y social: la anatomía comparada y filogenética, la antropología, la arqueología y la geología, entre otras.
Tres acontecimientos científicos aportaron nuevas perspectivas al estudio de los orígenes humanos, y a la existencia del “hombre fósil”: el descubrimiento del hombre de Neandertal en 1856, la formulación de la teoría de la evolución de Darwin en 1859,  y la aceptación general de la tesis de Boucher de Perthes sobre la gran antigüedad del hombre, basada en la identificación de útiles paleolíticos.

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